Orwell y la Unión Europea

11 julio 2022

Pierre Christin. Orwell. 2020

J. Orwell escribió en 1947 para el Partisan Review una columna en la que propugnaba una unión de todas las naciones europeas para construir una europa socialista. Orwell dice que era la única manera de evitar una nueva guerra mucho más destructiva que la que acababa de devastar Europa.

El proyecto que esboza en su artículo «Hacia la unidad de Europa» es muy utópico, incluso para una época en la que la mitad de los trabajadores europeos se consideraban socialistas. Para aportar un poco de realismo, menciona cuáles son los tres principales enemigos de una Europa Unida.

El primero, Rusia. «Los rusos, por fuerza, han de ser hostiles a cualquier unión europea que no esté bajo su control… Hay que contar con el peligro de una guerra preventiva, la intimidación sistemática de las naciones más pequeñas y el sabotaje del Partido Comunista en todos los países«. Los conocía bien.

El segundo, son los EEUU y el imperialismo, que ha repartido las migajas del botín colonial entre las clases populares, de manera que el trabajador británico «quizá decida que es preferible seguir siendo una potencia imperial, incluso a expensas de ser la segundona de Estados Unidos«. También conocía bien a sus paisanos.

Y, por último, el enemigo más peligroso: la Iglesia Católica, que puede fingir simpatía por el proyecto pero que hará todos los esfuerzos posibles por esterilizarlo porque «ha de obrar siempre en contra de la libertad de pensamiento y de expresión, en contra de la igualdad de los hombres y de cualquier forma de sociedad que tienda a la promoción de la felicidad en la Tierra.«

Lo que nadie te cuenta de Putin

31 marzo 2022

Hay un pudoroso silencio sobre el tema, pero creo que es un buen momento para recordar que el nuevo Zar de todas las rusias ha hecho pública ostentación de su fe ortodoxa. Aquí se le puede ver bautizándose por inmersión en un agua que seguro que está friísima. Siempre con ese crucifijo que ya inspiró confianza al presidente Bush y con el que adorna su torso desnudo en sus frecuentes apariciones en semipelota. Pero aunque se postule como símbolo sexual de la Nueva Rusia, no descuida sus deberes como creyente, y en sus ratos libres, construye fastuosas catedrales para que el Patriarca y sus archimandritas (me encanta esta palabra) bendigan a las tropas.

¿Quién dijo que el siglo XXI sería religioso o no sería?… Malraux, dice Google. Creo que se refería a este señor y su capacidad para, efectivamente, poner punto final a la Historia con un Apocalipsis nuclear.

El Papa Ratzinger escribió en su libro «Últimas conversaciones» que el encuentro con Putin fue «interesante» y que «…ve que Rusia sufre por la destrucción de la moral. Y también como patriota, como persona que quiere que Rusia vuelva a ser una gran potencia, entiende que la destrucción del cristianismo amenaza con destruir el país. Sabe que el hombre tiene necesidad de Dios y ha sido «tocado» por él de una manera íntima».

Pues sería preferible que practicase otros tocamientos íntimos, en vez de dedicarse tocar la azotea de dictadores iluminados.

Los cultos cargo mataron al buen salvaje.

31 enero 2022
Hay que respetar todas las creencias, pero lo cierto es que este avión no vuela

Algunas reflexiones que me surgen después de ver el documental Waiting for John Frum. Muy recomendable. Nos muestra una imagen de los pueblos indígenas preindustriales diferente a la que ha modelado la ficción y la ideología.

Desde el renacimiento, cuando Europa expandía sin complejos sus imperios por el mundo, los salvajes han sido, sobre todo, infieles a los que había que evangelizar para que se pusieran a trabajar. Cuanto antes se les sacase de la selva y se les vistiera, mejor para ellos y, sobre todo, para nosotros. Los ilustrados empezaron a sentir escrúpulos, aunque no tantos como para manumitir los esclavos que poseían. Con el romanticismo, se extiende el mito del buen salvaje. Ir desnudo es un símbolo de pureza original y se escriben relatos de salvajes sabios y reflexivos que nos enseñan su filosofía natural. Ninguno está escrito por un indígena colonizado, sino más bien por ciudadanos civilizados con mala conciencia.

La antropología se desarrolla como ciencia al servicio de los imperios, pero pronto empieza a contribuir al debate con información más contrastada. Una aproximación más objetiva a la manera de pensar de los pueblos cazadores-recolectores tira por tierra los mitos de uno y otro signo. Los salvajes quieren casi lo mismo que nosotros. Vivir bien, no trabajar, hacer cosas nuevas y emocionantes… y envidian la capacidad del hombre blanco para poseer cosas sin apenas esfuerzo. Pero el salvaje tiene su orgullo y lo que le gustaría es conocer el secreto de la abundancia sin tener que ponerse a las órdenes del hombre blanco.

Así pues, el aborigen se enfrenta a una civilización que irrumpe en sus tierras y le avasalla con su tecnología y que exhibe un nivel de acumulación material inalcanzable para el cazador-recolector. El aborigen solo puede refugiarse en su mundo mítico en busca de defensa. Para ello se crean mitos que cumplen un papel en la salvaguardia de la dignidad. De manera similar al mito de la edad de oro de Hesíodo, los indígenas inventan relatos que cuentan la supuesta pérdida de la abundancia y el poder que da la técnica. Los antepasados que vivieron en una época mítica gozaron de la riqueza y la vida ociosa que ahora está en manos de los blancos. La razón es que los blancos robaron algún tipo de secreto o de poder sobrenatural.

Está claro que el hombre blanco conoce algún secreto mágico para conseguir latas de conserva, camisetas y televisores. Evidentemente, no consigue ninguna de esas cosas trabajando. Así que hay que descubrir el procedimiento mágico, el conjuro, con el que el hombre blanco hace que los aviones aterricen con su cargamento de herramientas y chucherías. Para conseguirlo, el indígena preindustrial usa de su propia tecnología: la magia. Si construimos un aeropuerto con torre de control y aviones hechos con cañas y hojas de palma, los aviones se sentirán atraídos. Aquí, el chamán de turno hace una apuesta arriesgada, porque la gente que le sigue se sentirá engañada cuando fracase… Pero los líderes religiosos de todas las épocas y culturas saben cómo manejarse en estas situaciones. Ya inventará alguna excusa. Un nuevo relato.

Dios no decepciona, pero aburre un poco

21 enero 2022

Encontré hace tiempo este artículo sobre los encuentros con Dios.  Es un estudio en el que se han empleado unos cuestionarios que valoran la intensidad de estas experiencias, concretamente usaron la Escala M de Hood y el Mystical Experience Questionnaire MEQ30 (los psicólogos tienen cuestionarios para todo). Unas 12.000 personas contestaron el cuestionario, pero solo 4.300 respuestas resultaron válidas. Parece que llevó gran trabajo eliminar respuestas guasonas. El estudio los dividía en dos grupos: experiencias inducidas por sustancias psicotrópicas (LSD, psilocibina o ayahuasca) y experiencias espontáneas.

Los autores encuentran que tanto los encuentros inducidos por drogas como los, digamos, «naturales», demuestran que Dios cumple las expectativas de quienes se encuentran con él.

¿Y qué se cuenta Dios? Pues, en general, todos otorgan sentido a la experiencia, se emocionan y consideran que sus vidas han mejorado y son más espirituales. Tres de cada cuatro reciben mensajes o mandatos y a una cuarta parte, Dios o la «última realidad» les comunica predicciones acerca del futuro. Hay comunicación en un 60% de los casos, que puede ser verbal pero, sobre todo extrasensorial-telepática. Esto último es más frecuente entre los de las drogas. Parece que la ayahuasca es la que mejores experiencias produce.

Dos tercios de los que se describían como ateos se volvieron creyentes después de la experiencia. A mí, lo que me llama la atención es ese tercio de ateos persistentes: no creen en Dios a pesar de haberse encontrado con él. Creo que era el poeta Ángel González el que dijo: «no creo en Dios, y eso que lo he visto».

Me gustaría conocer a alguno de estos ateos irredentos. Por favor, pónganse en contacto conmigo.

La risa y el sacrificio

8 agosto 2021

I. Chaland. El cometa de Cartago

Schalekamp, escritor y traductor, contó en un artículo cómo fue que dejó de creer en Dios, a pesar de que su padre era pastor luterano y en su casa había recibido una educación religiosa. Todo porque le tocó presenciar una catástrofe durante uno de los sermones de su padre. El pastor estaba en un momento emocionante del discurso cuando, para dar más énfasis a sus palabras, sacudió la cabeza y la dentadura postiza salió disparada. Jean Schalekamp quedó marcado por esta imagen bochornosa y llegó a pensar que no podía existir un Dios tan retorcido, capaz de poner en semejante ridículo al pastor y luego condenar al que se sale del rebaño.

Los terremotos o las epidemias no desconciertan tanto al creyente como esos episodios francamente cómicos con los que, a veces, el creador les obsequia. La enfermedad, la crueldad, el dolor y el mal en el Mundo son tal vez necesarios para que la Humanidad entienda el bien y se esfuerze en alcanzarlo. Pero ¿cuál es el propósito de mofarse del portador del mensaje?¿por qué la liturgia es, a menudo, tan ridícula? Hay rituales grotescos y relatos de milagros que, con el tiempo, se han vuelto verdaderamente chistosos.

Tal vez contener la risa sea un sacrificio que ofrecer a una divinidad que se sacrifica por nostros. La verdad es que llega a ser doloroso si no puedes parar. Me sucedió muy a menudo en misa de niño y resultaba, a la vez, descacharrante y angustioso. Una mezcla de sensaciones antagónicas que no había manera de controlar a pesar del respeto a la liturgia que intentaban inculcarme.

No ayudaba mucho que el profesor de catequesis pretendiera ver el sacrificio en todas partes. En una ocasión le pregunté qué había que hacer si a uno le entraban muchas ganas de orinar durante la misa. Me contestó que había que aguantarse y «ofrecérselo a Dios». A mí me pareció inadecuado ofrecerle a Dios unas ganas de mear, como si fuera a ganarme la palma del martirio. Imaginaba leer en la «Vida de niños santos»: «San Felipito de Tarazona se reventó el colon por contenerse una ventosidad durante la Santa Misa y se ganó el cielo entre atroces dolores…». Qué muerte más horrible y más ridícula. Hasta los ángeles tendrían que aguanterse la risa al recibirlo. Y después, la Iglesia puede elegirte como patrón de los metaneros o vete a saber…

Era lugar común en la España católica echar mano al asunto del sacrificio ante cualquier contrariedad. Un herpes, el reuma o cualquier otra dolencia fastidiosa podían ser ofrecidas al creador como sacrificio. Yo, de niño, oía esas cosas y no entendía qué ganaba Dios en ese extraño mercadeo. Como tampoco entendía qué ganábamos nosotros con que su hijo muriera en la cruz.

Omnipotencia para todos

24 marzo 2021

Mi relación con la Filosofía es un tanto agridulce, porque a menudo me produce la sensación enfadosa de que alguien con un poco de labia puede hacer perder el tiempo a mucha gente. En ciencia eso no pasa. Si no tienes nada, no vas a ser escuchado mucho tiempo. Entre científicos, la especulación gratuita está bien como entratenimiento de sobremesa, pero está feo publicar sobre especulaciones.

Últimamente he resultado embaucado por las artes retóricas de un youtuber que mantiene un canal de turra filosófica. Adictos a la Filosofía, se llama. Está interesante porque sabe mucho de lo suyo (de ciencia no) y plantea temas viejos que en su día me subyugaron. Alguno de esos viejos problemas pueden revisitarse en este canal, como ese asunto de la paradoja que surge al darle vueltas al mito de la omnipotencia. Ya sabéis: ¿puede Dios crear una piedra tan grande que no sea capaz de levantarla?

Me sorprendió que el autor, Filoadictos, que se reconoce teísta, refute esta paradoja dando una respuesta concreta: NO. Dios no puede crear esa piedra porque la tal piedra es un contrasentido lógico (¿cuánto pesa?, ¿infinito?). Dios no puede hacer eso como no puede crear un círculo cuadrado.

Sin embargo, la paradoja no solo está en la piedra, el filósofo teísta hace trampa y pasa de largo sin tratar un tema escabroso: la paradoja que aparece a menudo cuando empleamos el prefijo «omni».

Esta familia de paradojas tiene una larga tradición en la Filosofía: Sócrates solo sabía que no sabia nada. Era omni-ignorante. Sin embargo, estaba jugando con lo paradójico, porque, a la vez, estaba diciendo que algo sabía.

La paradoja surge al hacer complemento indirecto (o directo) al propio sujeto. Entramos en contradicción si pensamos en alguien que es omni-perdedor (¿perdería contra sí mismo?.. eso sería una victoria), omni-vencedor, omni-negacionista, omni-altruista, omni-enemigo, omni-amnésico… Pensemos en el concepto contrario del que nos ocupa: omni-impotente. Soy omni-impotente porque no consigo nada de lo que me propongo. ¿Y si me propongo no conseguir nada? Genial, porque parece que con poco esfuerzo podría conseguirlo, pero eso es un logro ¿no?

El omnipotente tiene la capacidad de cambiar cualquier aspecto de la realidad, pero, su propia naturaleza omnipotente ¿no forma parte de la realidad? Y el omnisciente ¿conoce la sensación de ignorar algo? Y el omni-distante ¿por dónde anda?

Hace rato que las personas perspicaces ya han advertido que todo es efecto de la infinita capacidad combinatoria del lenguaje. Podemos unir términos y obtener nuevos conceptos, pero eso no quiere decir que esos conceptos sean consistentes. El catálogo de las palabras que podemos crear uniendo otras palabras es mucho más grande que el catálogo de las cosas existentes. La omnipotencia está en el primero, pero no en el segundo catálogo. Lo mismo que Dios.

El Perich 1977

SOUL… las almitas quieren nacer

23 diciembre 2020
Las almitas están impacientes por nacer… ¡no las abortes!

La sensiblería siempre ha sido uno de los recursos de los que abusa del cine norteamericano. Cuanto más comercial, más ñoño. El cine de animación siempre destiló moralina, con personajes maniqueos y con premios para los buenos y castigos para los malos. Los Simpson y algunas otras creaciones intentaban salirse por la tangente, pero aquí viene Pixar a poner las cosas en su sitio.

Han hecho una película (Soul) que muestra cómo son las almas antes de nacer. Son encantadoras, naturalmente. Y pensar que hay quien quiere impedir que nazcan… ¡feministas desalmadas!

Sospecho que el autor del guión, además de dibujos animados, también veía muchos predicadores en televisión.

El asunto contra natura

13 noviembre 2020
El Joven Alberto. Y. Chaland 1985

La legalización del matrimonio homosexual salva vidas. Pero la homosexualidad es antinatural, dicen algunos mientras se toman un café con leche. La leche proviene de un mamífero que no es su madre, al que le han quitado las crías y que vive en una nave industrial enchufado a una máquina de ordeño. El café viene del otro lado del mundo, tostado, molido y le han extraído la cafeína con disolventes… Pero volvamos al asunto: la homosexualidad no es natural. Y te lo explican: No lo es porque son uniones estériles y si alguna especie se dedica a practicarla, se condena a sí misma a la extinción. Cae por su peso ¿no?

Sorprende que los creacionistas hagan esta apelación a la selección natural… Pero volvamos al asunto: ¿existe en la naturaleza, entre animales en libertad?

Es divertido oír estas apelaciones a la naturaleza, cuando de sobra conocemos sus verdaderas razones. Una es el prejuicio religioso (la biblia dice que es algo horrendo); pero la fundamental es que tus compañeros de clase te enseñaron a perseguir y marginar a los que no eran lo bastante machos. Tus padres hicieron el resto. Lo sé porque yo también fui educado para sentir asco ante la homosexualidad. Pero volvamos al asunto…

Existe homosexualidad en el reino animal. 1500 especies practican algún tipo de conducta sexual entre individuos del mismo sexo. Es muy frecuente en grupos de machos jóvenes entre nuestros parientes más cercanos.Con estos antecedentes, no es extraño que haya tanta persecución ante la homosexualidad. Cualquiera que conozca a sus semejantes sabe que esas apetencias están ahí abajo, enterradas bajo una capa muy delgada, siempre dispuestas a aflorar al menor descuido. Hace falta una actitud vigilante y una presión social despiadada. Buscar y señalar al que muestra el más leve síntoma para marginarlo inmediatamente. El miedo a esta marginación aterroriza a los adolescentes y los convierte en perros vigilantes. Es un sistema que, una vez implantado, funciona solo. El problema es que algunos marginados acaban suicidándose (véase este estudio también). Su conducta no consigue ser lo suficientemente natural.

Aleluya roto

3 May 2020

La pandemia está inspirando multitud de actos de agradecimiento al personal sanitario, algunos ingenuos, otros más elaborados… todos necesarios y merecidos. Quizá el más eficaz sea comprometerse a no votar nunca a los partidos que pretenden privatizar la sanidad pública, ni a los que quieren abaratarla a base de precariedad laboral.

Dicho esto, me cumple en esta ocasión quejarme de la falta de respeto que muestran algunos creyentes a la hora de utilizar las obras artísticas realizadas por los no creyentes, los agnósticos o los creyentes heterodoxos. Además, nadie parece considerar la posibilidad de que no todos los sanitarios sean creyentes. Me refiero al homenaje al personal sanitario que la cantante Ainhoa Arteta ha colgado en Youtube interpretando «Allelujah» de Leonard Cohen.

 

Allelujah es una canción en la que Leonard cohen expresa su desencuentro con la religión de sus padres, a través de un diálogo con una mujer en el que utiliza referencias bíblicas, pero en la que yo creo ver una mención a la represión doméstica ejercida por una madre religiosa («te ató a una silla de cocina, … te cortó el pelo y arrancó de tus labios aleluya»). Algunos críticos consideran, incluso, que no es una canción religiosa, sino que habla del amor y el sufrimiento. En cualquier caso, muchas de las versiones de esta canción en otros idiomas pierden toda la profundidad y la convierten en una oración apta para una misa de colegio de monjas.

No comentaremos la puesta en escena, un poquito kitsch, que ya me he puesto suficientemente desagradable por hoy.

Arrepentimiento, retracción

22 marzo 2020

Estos días, que tengo tiempo libre, me he dedicado a revisar algunos enlaces y me he encontrado con una desagradable sorpresa que es esta:

Retracted

Se trata de un artículo que comenté aquí y que, por lo que sea, ha sido retractado. Iba sobre altruismo y religión en los niños. La revista que lo publicó, Current Biology, consideró que no cumple con los criterios de calidad necesarios y que se equivocaron al publicarlo. A cualquiera puede pasarle.

No voy a entrar en pormenores sobre el contenido del artículo, que, tengo que decir que me sigue pareciendo correcto, pero ya solo porque mi experiencia personal me inclina a pensar que los niños educados en ambientes religiosos pueden ser bastante cabritos. Más o menos como los otros, pero de una manera más retorcida. Sí tengo que decir que, partir de ahora, esta retracción me impide aportar un dato objetivo, un estudio contrastado, que demuestre mi impresión. La ciencia funciona así. Reconoce sus errores. Seguiremos esperando.