El sábado pasado mi mujer se acercó a la acampada de los indignados y volvió con un panfleto que se repartía a centenares. Se trata de una especie de periódico escrito y editado por un personaje muy conocido del mundo magufo, el seudoperiodista Rafapal. He visitado alguna vez su página y el contenido es más o menos el mismo que el del panfleto que se repartía a los acampados: Este intrépido periodista, sin arredrarse por los hombres de negro, pone al descubierto unas diez o doce conspiraciones cada semana: los siniestros planes de los illuminati (aporta como prueba un juego de cartas), pruebas de civilizaciones perdidas, visitas extraterrestres. Nos explica que la evolución o el virus del SIDA son grandes engaños de la ciencia que han sido puestos al descubierto por «verdaderos» científicos. Y un aviso: el 2012 la Tierra se pondrá en el centro de la Galaxia.
Finalmente, el hombre suelta su vena mesiánica totalitaria y desgrana una especie de decálogo para la nueva Humanidad renacida en el que, entre otras chifladuras, propone que las religiones acepten todas que existe un Ser Único Superior, no aclara si se trata de él o de algún otro. Lo que sí podemos augurar es que las religiones politeístas como el hinduismo o la santería van a tener problemas en el mundo New Age que se avecina. Tampoco aclara qué se puede hacer con los ateos que insistan en no ver la luz. Los medios de comunicación serán “animados” a explicar la verdad sobres todas las conspiraciones que hay en marcha. Supongo que los que insistan en publicar sólo información contrastada serán cerrados. Tampoco nos queda claro si se podrá seguir explicando la evolución en los institutos o si los profesores también serán “animados” a explicar el origen extraterrestre de la Humanidad.
Así que la indignación se trasladó del campamento a nuestro domicilio. Semejante majadería impresa y repartida a miles (dinero no le falta)… Todo el mundo lo recoge y se lo lee, ni un crítica, nadie protesta… ¿Son imaginaciones mías o está ganando terreno en la izquierda una mentalidad oscurantista que aborrece la razón y la ciencia?
No soy el único que siente esta preocupación. A Criando Cuervos le dan ganas de irse a su casa de puro bochorno y en el blog Magonia, Luis Alfonso Gámez se lamenta también de la proliferación de paranoicos y curanderos entre los campamentos urbanos. Hay muchísimos comentarios de entre los cuales me permito reproducir uno:
Escribo de Argentina para dar una opinión lejana y, tal vez, ignorante del hecho, pero que, en vista de la similitud del caso con los sucesos acontecidos en la crisis argentina de fines de 2001, tal vez venga al caso.
Por entonces, y en medio de la crisis, el entusiasmo fue enorme, los debates se tornaron intensos y la participación fue significativa.
Los experimentos alternativos que se presentaron ante la crisis fueron bastante improvisados y terminaron mal como, por ejemplo, el caso del trueque.
En momentos como ese, lo más importante es aprovechar la fuerza de la pasión para razonar en serio en vez de dejarse dominar por ella. Muchos redujeron el debate a la repetición de una serie de consignas trilladas.
En medio de consignas urgentes y legítimas no faltaron los advenedizos que, aprovechándose de la ingenuidad de otros, aprovecharon el momento para hacerse publicidad (artistas varios) y para hacer reclamos banales (…).
No recuerdo especialmente consignas irracionales que hayan tenido gran difusión, pero me consta que varios grupos surgidos en ese momento tomaron impulso armando su discurso sobre la base de que el problema a enfrentar era la razón. Nunca se denostó tanto a la ciencia y a la razón como después de esos años. La burda idea de que bailando, haciendo yoga o comiendo tomates orgánicos (esto es una simplificación, claro) se podía generar una especie de contracultura revolucionaria. Por supuesto que unos cuantos advenedizos sacaron provecho de la situación. Cabe aclarar que quien esto escribe no es precisamente un científico, sino una persona que se dedica a y vive del arte.
En conclusión, el grito de «que se vayan todos», referido a los políticos corruptos, terminó en que se quedaron todos. El debate cayó, los viejos políticos se reinstauraron en el poder y algunos oportunistas sacaron provecho vendiendo cursos de contracultura barata.
¿Qué puedo decir? No doy consejos ni estoy en condiciones de hacerlo. Diría, eso sí, a los que piensan en serio que no se dejen amedrentar por los irracionales y oportunistas, que no dejen la lucha y que piensen que se puede hacer una verdadera construcción de ideas, siempre y cuando sepan que muy probablemente los resultados no se verán hasta dentro de muchos años.
Evidentemente todo vuelve. Fíjense en lo que decía Marvin Harris, refiriéndose a la ‘Conciencia III’, hace casi cuarenta años en “Vacas, cerdos, guerras y brujas”
Lucio
Efectivamente, la lectura del libro del antropólogo Harris es tan, tan actual a pesar de estar escrito en 1974, que lo voy a resumir en un próximo post.